Con motivo de las noticias que han surgido en los últimos meses sobre la luz UVC como herramienta para eliminar el coronavirus, puede parecer que nos situamos ante una tecnología novedosa, pero nada más lejos de la realidad.
Según algunos historiadores, el primer sistema de desinfección UV se desarrolló en Marsella en 1910 para el tratamiento de aguas. Sistema, que se ha estado utilizando hasta nuestros días, como parte del proceso de potabilización de aguas.
Otro uso de la luz UVC, es dentro de los tubos de aire acondicionado. Por todos es conocido, que las bacterias pueden viajar por el aire, y los aparatos de aire acondicionado pueden ser un conductor muy eficaz de virus y bacterias. Es por eso, que algunos sistemas incluyen tubos de luz ultravioleta UVC para esterilizar el aire que pasa a través de ellos.
Pero estos no son los únicos usos que se le puede dar. Algunos lugares especialmente sensibles a los patógenos, como por ejemplo los quirófanos, utilizan la luz germicida para desinfectar todas las superficies del mismo. Y no sólo eso, los utensilios médicos utilizados después de cada intervención, también se pueden esterilizar con esta tecnología.
Son muy numerosos los virus, bacterias y hongos que son eliminados a través de esta tecnología centenaria, pero lo que la ha hecho tan famosa, son las recientes investigaciones sobre la eliminación del coronavirus.
Nos encontramos ante un sistema de desinfección que podría frenar la reproducción del virus y que además es completamente accesible y adaptable a nuestro hogar, lugares de trabajo, ocio…
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