La desinfección de aire y superficies ha conseguido que las lámparas de luz ultravioleta o lámparas germicidas tomen un nuevo significado. Gracias a ellas, conseguimos una desinfección del 99,9% en menos tiempo y sin utilizar productos de limpieza agresivos, que en ocasiones dañan los acabados de las superficies.
Su uso es muy sencillo, lo único a tener en cuenta son unas pequeñas directrices de seguridad. En el caso de las lámparas uvc de pie o mesa, solamente tendremos que colocar la lámpara en el centro de la estancia a desinfectar, enchufarla a la corriente y encenderla a través del mando a distancia, una vez se haya abandonado la habitación.
Además, según la normativa UNE 0068:2020, las lámparas germicidas deben contar con un sensor de movimiento que apague la lámpara si alguien entra en la sala durante el proceso de desinfección. Estos sistemas de seguridad, hacen que la esterilización por luz ultravioleta sea segura y por la que no es necesario ningún sistema adicional de protección.
Los rayos ultravioleta son una perfecta herramienta de desinfección. Pero para lograr unos resultados óptimos, debemos cubrir todo el espacio con los mismos.
Es decir, en algunas ocasiones, existen rincones de difícil acceso que dificultan la llegada de la luz uvc, por lo que debemos apoyarnos en el uso de regletas como el complemento perfecto a las lámparas de mesa.
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