Recientes estudios han demostrado que la tecnología UV-C es realmente efectiva para la eliminación de virus, bacterias y hongos. Esto es debido a que cuando las bacterias y los virus se exponen a longitudes de UV germicidas, absorben esta radiación y se produce una reacción fotolítica que provoca la dimerización de segmentos de sus ácidos nucleicos (ADN y ARN), lo que los incapacita para replicarse e infectar.
Aunque no existen estudios concluyentes que afirmen que la luz ultravioleta UV-C sea peligrosa para los seres humanos, sí que es cierto que puede causar irritación temporal en los tejidos oculares y de la epidermis.
¿Esto significa que es peligroso? No. Simplemente significa que como con cualquier producto de limpieza, herramienta o electrodoméstico, debemos tomar ciertas precauciones a la hora de utilizar las lámparas germicidas.
¿Esto quiere decir que todas las lámparas germicidas son seguras?
Lamentablemente no. Como hemos indicado, la exposición a la radiación UV-C puede causar irritación en la piel y el tejido ocular. Es por ello, que las lámparas deben estar equipadas con un sistema que permita encenderlas en remoto, y un sensor de movimiento que apague la lámpara UV-C si se produjera una entrada a la estancia de forma accidental.
Teniendo en cuenta que no se debe estar presente durante el proceso de desinfección, cabe destacar que todo dispositivo manual que se utilice sin los elementos de seguridad adecuados, entrañan un peligro importante para la salud.
Además, debido a los peligros que un mal uso de las lámparas germicidas UV-C puede entrañar, debemos asegurarnos que nuestros dispositivos cumplen con la legislación vigente y los certificados y estudios científicos que avalen su eficacia.
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