En otras ocasiones hemos hablado de como la luz UV-C puede desinfectar espacios y superficies gracias a que este tipo de luz ultravioleta posee la capacidad de dañar el ADN de los microorganismos evitando su reproducción. Esto la hace muy atractiva para la desinfección de frutas y verduras.
Recientes investigaciones aseguran no solamente que quedan esterilizadas, sino que además puede llegar a frenar el proceso de podredumbre entre un 20 y un 50%, debido a la disminución de la microflora.
En España, las pérdidas postcosecha se sitúan en torno al 20%, por lo que la utilización de este tipo de tecnología, podría reducir esta cifra prolongando la vida de estos alimentos.
No obstante, cabe destacar que es necesario medir con gran precisión los nanómetros aplicados, ya que un exceso de los mismos podría dañar el producto. Por otro lado, si se utiliza una longitud de onda demasiado baja, los microorganismos no se verán afectados y por lo tanto no lograríamos los resultados esperados.
Cabe destacar, que la luz ultravioleta UV-C es una alternativa excelente al uso de higienizantes como la lejía u otros métodos más abrasivos.
Su uso no solo es respetuoso con el medio ambiente, sino que además no genera residuos durante el proceso de descontaminación.
Si necesita más información sobre las lámparas germicidas o asesoramiento profesional para su negocio, póngase en contacto con nosotros.